La delegación de la Ruta de la Pasión Calatrava vuelve muy satisfecha de su viaje a Roma
La delegación del Campo de Calatrava (Ciudad Real) que se desplazó estos días al Vaticano, en Roma, acompañando a los Armaos de la Ruta de la
Dulces típicos
En la gastronomía de la Semana Santa de la comarca adquieren un valor fundamental los dulces o “frutas de sartén”, masas fritas en aceite de oliva con D.O. del Campo de Calatrava, como los rosquillos, la roscapiña o los barquillos, que son de obligado ofrecimiento en las colaciones de los jefes de los armaos, acompañados de bebidas como limonada o anís. Destacan las Flores de Calatrava como una de las piezas más características, elaboradas con forma de cruz.
Estas fechas vienen marcadas por la abstinencia de comer carne hasta el Domingo de Resurrección, destacando platos como el potaje de garbanzos con pellas o el bacalao frito con tomate.
Proponemos dentro de la Ruta de la Pasión la gastronomía típica de la Semana Santa Calatrava, para conocer un poco más y disfrutar con los cinco sentidos de nuestra comarca.
Se mezcla el aceite, el vino, el anís, la canela y la ralladura de limón. Posteriormente se incorpora la harina y se mezcla hasta que la masa quede manejable. Se corta en tiras de un dedo de largo y ancho y se enrollan en las cañas sin llegar a las puntas. Se incorporan al aceite caliente y, una vez fritos, se sacan de las cañas con cuidado, dejando escurrir en un papel absorbente. Finalmente, se pasan por canela y azúcar.
Estos dulces, típicos de La Mancha, no sólo son representativos de la Semana Santa, si no también del Carnaval.
Con la harina se forma un volcán. En el centro se vierte el vino blanco, el aceite, la sal y la manteca. Se forman bolas con la masa y se estiran con el rodillo. Posteriormente, se forman rollitos y se fríen en abundante aceite muy caliente. Una vez fritos, se escurren y se bañan en miel.
Este postre, peculiar de respostería española, es propio de Semana Santa y Navidad, y son conocidos también como borrachos. Su tamaño y forma son variables aunque, por lo general, suelen ser un cuadrado de masa con dos esquinas opuestas plegadas hacia el centro.
Se calienta todo el aceite hasta que humee y se deja enfriar. Posteriormente, se calienta el vino, el anís y el azúcar en otro recipiente, removiendo hasta que el azúcar quede bien disuelta. A continuación, se vierte la harina en un bol y se incorpora el aceite, reservado poco a poco, sin dejar de remover con las manos hasta que se integre todo. A esta masa se añade la mezcla de vino, anís y azúcar, y se vuelve a amasar, hasta conseguir que ésta quede totalmente homogénea y compacta. Se coge parte de la masa, y se estira con un rodillo, hasta conseguir una lámina de aproximadamente medio centímetro de espesor. Finalmente, con un molde redondo o un vaso se elaboran los enaceitados, se hornean a 250º durante 20 minutos, y se bañan en azúcar uno por uno. Estas pastas son representativas de Castilla-La Mancha, concretamente de Calzada de Calatrava.
En primer lugar, se bate bien la manteca hasta quedar blanca y suave. A continuación, se añade el azúcar y la yema del huevo y se sigue batiendo, para después añadir la harina y el zumo del limón.
Tras dejar reposar la masa, se estira y se corta con un molde o vaso. En una bandeja de horno, se colocan, se pintan con clara batida y azúcar y se hornean durante 25 minutos, aproximadamente, a 190º grados.
Las pastafloras se elaboran en Navidad y Semana Santa y son populares en varias localidades de la comarca del Campo de Calatrava.
Se baten los huevos y se le añade harina hasta que quede una masa consistente con la cual se harán unas barritas que, posteriormente, se trocearán al tamaño de una almendra. Se fríen y se les añaden las almendras dando vueltas. En un recipiente aparte, se derrite a fuego lento la miel. De vez en cuando, se sacarán una gotitas de la misma y se verterán en un vaso de agua. Cuando al contacto con el agua adquiera una dureza como de caramelo, se añadirán a la miel las almendras y las bolitas de masa que, previamente, habíamos preparado. Se da vueltas y, sin apartar del fuego, se sacará con una cuchara el preparado para ponerlo sobre un plato. Finalmente, se dará forma de rosca con las manos humedecidas en agua y se dejará enfriar para servir en trozos.
Los nuégados son tradicionalmente de La Mancha, elaborados en Semana Santa y en el día de todos los Santos.
Se pone la leche a calentar en un cazo junto con el azúcar y la canela. Cuando esté tibia, se mojan las rebanadas de pan por los dos lados; primero en la leche y después en huevo batido. Se coloca una sartén al fuego con bastante aceite y, cuando esté caliente, se fríen las torrijas por los dos lados hasta que se doren. Colocarlas sobre un papel de cocina para que absorba el exceso de aceite y espolvorear con azúcar y canela. Se pueden hacer de varios tipos de pan y en vez de leche se pueden hacer con vino. Hay quién en vez de espolvorear con azúcar y canela le prepara un almíbar y las mete en él.
Las torrijas son consideradas un manjar de origen humilde y preparación sencilla de toda España en las festividades de Cuaresma y Semana Santa.
Necesitamos un molde para flores. Se baten los huevos, se añade la leche y, poco a poco, la harina y el bicarbonato. Cuando esté todo bien mezclado, se deja reposar unos 20 minutos. Mientras tanto, se pone una sartén honda al fuego con bastante aceite hasta que pueda cubrir el molde. Cuando esté bien caliente, se moja el molde con la masa y se introduce en el aceite. Una vez fritas se espolvorean con una mezcla de azúcar y canela. A la masa se le puede añadir aguardiente o anís, o bien elaborarla con leche en lugar de agua o zumo.
Las recetas varían de una casa a otra, pero se miden en función de los huevos. Un ejemplo sería: para 12 huevos, 7 cascarones de agua, 2 de zumo y 300 gramos de harina. La flor es un dulce que se encuentra en la tradición culinaria del Campo de Calatrava, distinguiéndose por su forma similar a la cruz de Calatrava.
Se mezclan los ingredientes dejando la harina en último lugar y añadiendo de ésta una cantidad como para que la masa no se pegue a los dedos y se trabaje con facilidad. Se hacen bolas y se forma el rosquillo que, posteriormente, se fríe. Por último, se embadurnan con azúcar y canela.
Las recetas varían de unos lugares a otros, pero se miden en función de los huevos. Un ejemplo sería el siguiente: para 12 huevos, 11 cascarones de aceite de oliva frito, ralladura de limón, 1 vaso de agua, 1 kilo de azúcar, 1 caja de papelillos de gaseosa y harina (la que admita).
Esta fruta de sartén se elabora en diferentes pueblos de España, no sólo en Semana Santa, sino también en otras épocas del año.
Se separan las claras de las yemas y se colocan las galletas o bizcochos en una fuente honda. A continuación, se pone la leche a hervir con la ramita de canela y el azúcar, removiendo hasta que se disuelva. Mientras, se baten las claras a punto de nieve, y cuando estén montadas se añade azúcar. Cuando empiece a hervir la leche, se incorporan varias cucharadas de merengue en forma de copos y se dejan cocer unos segundos. Luego se sacan con una espumadera y se colocan encima de las galletas. Cuando esté todo el merengue hervido se retira la leche del fuego, se baten bien las yemas y se añaden a la leche, moviendo bien e incorporando encima el merengue. Por último, se añade canela y se deja enfriar.
En Bolaños de Calatrava, esta receta es muy conocida popularmente.
Las castañas se dejan en remojo durante una noche. Al día siguiente se ponen en una cacerola con la rama de canela, el clavo y la cáscara de naranja. Se cubren de agua y se dejan cocer. A continuación, se añade el arroz y cuando esté tierno se incorpora azúcar al gusto. Finalmente, se presenta en una fuente, se le espolvorea canela y se deja enfriar antes de consumir. Es característico de la provincia de Ciudad Real.
(«duz»: equivale a decir dulce; es una palabra característica de la zona calatrava)
Se pone en un recipiente agua caliente con bastante sal. A continuación, se añade un poquito de aceite de oliva crudo, una pizca de bicarbonato y harina hasta que la masa no se pegue en las manos. Se amasa muy bien y se deja reposar media hora cubierto con un paño.
Se hacen bolas de masa extendiéndolas con el rodillo y dándoles forma de tortilla que, posteriormente, se fríen en una sartén con abundante aceite de oliva muy caliente. Antes de dar la vuelta a la tortilla se debe comprobar que los bordes están bien fritos.
Son típicas de Bolaños de Calatrava y antiguamente se amasaban con la rodilla.
Se mezcla el huevo, la harina, la sal y la levadura. Se añade agua tibia y se va echando la masa con una cuchara en la sartén para freirla. Las gachuelas no son dulces, pero se asocian a éstos porque se suelen tomar con chocolate.
En Aldea del Rey y en Granátula de Calatrava son de obligada elaboración en Semana Santa. Son muy parecidas a las tortillas de rodilla, solo que cambia la forma. En Granátula y Aldea del Rey se le añade también bacalao.
En Almagro se elaboran con leche, miga de pan, azúcar y canela, denominándose «obispos».
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